lunes, 15 de octubre de 2012

Compartir: respirar hondo y aguantársela

Hoy llega Diego, el primito español de la pequeña M. Ella está desde hace semanas diciendo que no piensa compartir nada... ni los juguetes, ni a la abuela, ni a los gatos ni a los perros!! Y me hace acordar un poco a mí...
Cuando estás embarazada todo el mundo siente que tiene derecho a tocarte la panza, como si esa parte de la piel no te perteneciera y fuera de dominio público. La primera vez es rarísimo! alguien que no conocés, en el subte para peor, te toca la panza y te pregunta "¿de cuánto estás?". Horrible. Por lo menos a mí me pareció así. Y sentí lo que mi retoño: no quiero compartir.
Hay que compartir...
Cuando ya tenés al bebé afuera, lo mismo, a vos no te toca nadie ni con un palo porque parecés más una vaca lechera sin baño seguido que una mujer, pero toooooodoooos quieren tocar al recién nacido... es necesario? posta, es realmente imprescindible que toques a un bebé de menos de 3 kilos con tus extremidades llenas de gérmenes??? De nuevo: no quiero compartir.
Pero, claro está, una termina respirando y compartiendo, aguantando y sonriendo y, después, como al año más o menos, querés compartir TODO lo que hace la criatura, desde un provechito hasta la sonrisa reflejo cuando duerme.
En fin. Hoy mi bebita va a conocer y a compartir a su primo. Es un buen día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario